( Natural News ) El Dr. Michael Yeadon, ex vicepresidente y director científico de Pfizer, ha presentado pruebas de que se utilizó un FRAUDE CIENTÍFICO generalizado en la carrera de 2020 por una vacuna contra el coronavirus.
En busca de una rápida aprobación regulatoria, Pfizer abandonó toda integridad científica. El diseño del estudio para las nuevas inyecciones de ARNm se basa en protocolos de diagnóstico fraudulentos que manipulan los puntos finales de los datos y ocultan los eventos adversos a corto y largo plazo infligidos por sus vacunas.
El Dr. Yeadon está acompañado por el especialista alemán en pulmones, el Dr. Wolfgang Wodarg. Los dos valientes médicos han presentado una solicitud urgente ante la Agencia Europea de Medicina, denunciando el estudio de la vacuna BioNtech / Pfizer porque se basa en FRAUDE.
Los estudios de vacunas de ARNm se basan en fraudes y ocultan lesiones graves por vacunas.
Los médicos coinciden en que los estudios de vacunas de Pfizer deben detenerse hasta que se pueda presentar un diseño de estudio creíble, uno que no falsifique los puntos finales de los datos y uno que aborde una serie de preocupaciones serias de seguridad. Los médicos advierten que Pfizer está combinando síntomas inespecíficos de la enfermedad con diagnósticos de COVID-19 para el brazo de control mientras se utilizan pruebas de PCR de ciclo alto inexactas para un diagnóstico. Los médicos advierten que la eficacia de la vacuna se está deformando porque el diseño del estudio no diagnostica correctamente los casos de COVID-19 y no se confirma la infección mediante el método de secuenciación de Sanger. Llegan a la conclusión de que el riesgo de enfermedad y el beneficio potencial de la vacuna no se pueden medir ni determinar con precisión.Exigen que se detenga toda la experimentación humana con estas inyecciones de ARNm.
Wodarg y Yeadon también advierten que la eficacia de la vacuna contra las proteínas de pico del SARS-CoV-2 es una medida real de la reacción inmunitaria, pero este efecto también provocará problemas autoinmunes. Entre estos problemas autoinmunes se encuentra la destrucción del sistema reproductor femenino . Las vacunas producirán anticuerpos temporales contra el coronavirus al atacar las proteínas homólogas de sincitina del pico. No es coincidencia que la sincitina-1 también sea esencial para la formación de la placenta en mamíferos y humanos. Por lo tanto, las vacunas podrían causar infertilidad, aborto espontáneo y defectos de nacimiento, y Pfizer no divulga esta información a los pacientes.
El uso de polietilenglicol también provocará reacciones autoinmunes , un problema que ya se está observando en pacientes del Reino Unido. Un estudio de 2016 en Analytical Chemistry encontró anticuerpos anti-PEG en el 72 por ciento de las muestras humanas, y el 8 por ciento de esas muestras contenían niveles altos, lo que provocó un aumento de los eventos adversos y una disminución de la eficacia de la vacuna.
Pfizer se saltó los estudios en animales para ocultar el cebado patógeno, un efecto mortal de las vacunas contra el coronavirus
Aún más preocupante es el potencial de cebado patógeno de la vacuna. Los médicos advierten que la vacuna puede provocar la formación de los denominados “anticuerpos no neutralizantes” que provocaron la muerte de animales en estudios previos de coronavirus.
Debido a que la vacuna no se prueba para determinar su efecto preventivo en la vida real cuando los humanos son reintroducidos al virus salvaje, cualquier afirmación de efectividad es FRAUDE. No hay evidencia de que la vacuna realmente prevenga la infección. De hecho, la evidencia opuesta es cierta. Todos los estudios en animales para las vacunas contra el coronavirus muestran una afluencia de anticuerpos no neutralizantes que provoca una respuesta inmune exagerada. Cuando el animal se expone más tarde al virus salvaje, su sistema inmunológico reacciona de forma exagerada y se destruye a sí mismo. Esta respuesta inmune hiperactiva provocó la muerte de todos los animales explotados en el estudio.Estos estudios en animales se omitieron para los ensayos de la vacuna COVID-19 porque los científicos estaban al tanto de las muertes de animales de experimentos anteriores de coronavirus.
Esta amplificación dependiente de anticuerpos ocurre después de la vacunación, pero el daño se oculta hasta semanas o meses después, cuando el animal o la persona se exponen al virus salvaje en tiempo real. Esta reacción inmune mortal es causada por la vacuna, pero en última instancia se culpará a la posterior infección por virus salvaje. Esta es la coartada perfecta para los fabricantes de vacunas criminales como Pfizer.
Fuentes:
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